top of page

Escribir un comienzo

Actualizado: 26 ene

Vi a mi hija abrir sus regalos de Reyes Magos y con esa expectativa fascinada recibiré las sorpresas de este nuevo ciclo.  


Terminamos un año turbulento, como han sido todos para (casi) todos desde el inicio de la pandemia, que aún en mayo no se declaraba concluida. ¿Desde dónde nos relacionamos con esta, nuestra vida? Una vida social llena de confusiones de guerra y riesgo, coraje, alegría, complacencia y llanto. Compartimos las festividades por tradición y como la angustia lo ha exigido, comenzamos a compartir el sentimiento de soledad… Afortunadamente, después de la pandemia tuvimos la honestidad humilde de declararnos en falta, con miedos, de reconocer nuestros excesos (en el mejor de los casos) y de aprender a pedir ayuda, de aprender a cambiar. Sé que esta no es una situación que ocurriera a todos, pero sí de una población creciente que no pudo sino aceptar que tenía un velo cubriéndole la cabezota e impidiéndole mirar, respirar el aire de realidad debajo de nuestros estrafalarios artefactos de felicidad. No digo que la felicidad no sea cierta, que era lo que creía en 2021-22, no; lo que digo es que tenemos demasiado artefacto de felicidad suicida, y a mí me disgusta ver de qué intenciones nacen dichos artefactos. El poder es un problema humano, pero también natural, implica el miedo a nuestra propia muerte y para evitar hacernos cargo de estos cuerpecitos y su singular forma de existir, terminamos delegando a otros y a objetos, y cada vez menos a nosotros mismos, la mayor parte de nuestra capacidad vital. Lamentablemente ese deseo de ser gobernados nos ha tirado el culo por la culata, o ¿cómo era? 


Lo que apunto es que tenemos potencia, que el umbral está abierto, ahora que Janus ha sido invocado globalmente (aunque pareciera que siempre está ahí, pues dicen que es uno de los omnipresentes), entonces es buen momento de tomar las riendas de nuestras expectativas y trabajar, pero trabajar no debe ser eso que nos enseñaron, el trabajo es algo tan importante para nosotros que solamente la más profunda honestidad nos permitirá aprender lo que realmente necesitamos. Caso por caso, como amamos decir en el campo de lo psi. Entonces, podremos recoger los frutos, los regalos. Y vaya, obtener dichos regalos y abrirlos cuesta bastante, todo adulto con crías lo sabe, o todos los que seguimos abriendo las cajas imposibles, cada vez más protegidas contra el hurto.



Ya sea que auspicies un buen porvenir o no, la cuestión está en reunirnos con esto que somos, que es el porvenir mismo; nuestro tiempo y nuestro espacio, que es el cuerpo mismo... Reunirnos con aquello que soy, nos permite dejar de vivir desde el miedo y establecer un compromiso vital con la vida, ¡válgame!, la redundancia. Hay que ser redundantes, de eso se trata. La vida es la vida, lo que somos. Asumir al camino mismo, librarnos de expectativas nacidas del miedo. Me sumo, como: yo soy devorada por el mundo mientras lo devoro; me devoro a mí misma… así. Entonces no temo, sin embargo, nada implica que no exista la libertad de movimiento. Me gusta la noción del juego, la propuesta del jugar, y le apuesto a la manera justa. Me gusta el orden de lo justo, al que podría nombrar armonía si me pongo estricta en no latiguear a nadie, sostener mi mano con firmeza para evitar la violencia que me toque evitar, porque el viaje hacia lo oscuro me hizo reconocer por qué tenía tanto miedo de mi propia potencia. Me gusta refinar esas significaciones de lo justo, pues mi obsesivo ser tiene una capa y una espada, pero también un látigo, luz-oscuridad, entrelazamiento que abraza. Y así, asumiendo lo que soy, asumiendo que soy mundo y porvenir, alcanzo a desear y mis sueños son más claros. 


Deseo desenfrenadamente y muevo mis condiciones corporales conforme los límites (caóticos y formados) lo permitan. Sabiduría infantil: más allá del conflicto, se puede jugar. El juego tiene sorpresas, castigos y recompensas. 

Sé jugar. 








35 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Hozzászólások

0 csillagot kapott az 5-ből.
Még nincsenek értékelések

Értékelés hozzáadása
bottom of page