Hoy me puse una ombliguera, fumé un porro y salí a caminar. Los audífonos a alto volumen, la sensación caliente del clima, las paredes del centro: casas antiguas que tocas con tres puntas de los dedos de tu mano izquierda, suavemente las tocas, te dan cosquillas en segundos. Éstas permanecen... aunque despegues la mano.
Entra Hendrix: Te sientes ondulante al caminar, tus caderas van al compás... Eres la más sensual, tu rostro relajado con expresión indiferente confirma tu sensualidad, tu seguridad.
Te miran, todos los hombres te miran. ¿Notarán todo lo que sientes? O es la mirada furtiva de siempre que sólo hoy te atreves a devolver, pero más presente, más firme; la tuya no es furtiva, es penetrante. Y hace que muchos se retiren del juego, no los peores, claro. Hay quienes te sostienen la mirada y te asustan... otros días, hoy no. Tienes más fuerza, todas quizá: Eres más brillante.
Continúa caminando, te detuviste demasiado para escribir esto.
Katrin Rayarram
25/08/2019
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