Escogí ver ésta película (Downsizing, 2017) porque el argumento me pareció interesante y divertido: una humanidad que se empequeñece a sí misma para vivir una mejor vida de la que podría tener en su tamaño normal. Sí, se empequeñece, disminuye el tamaño de sus cuerpos y la alternativa se vende a los ciudadanos estadounidenses como una vía fácil, aunque permanente, para tener la vida que cualquiera desearía, pero que en situación normal y bajo el contexto en que vivimos actualmente, no podría costearse. Matt Damon, mi segunda inspiración para escoger la película, interpreta a Paul Safranek, un hombre de clase media, que, estando atrapado entre deudas y el deseo de mejorar su vida, se aventura a tomar éste camino, para descubrir la vida midiendo 12 centímetros. Tiene un buen departamento, grande y lujoso, un vecino llamado Dusan (Christoph Waltz) en el piso de arriba que se dedica a hacer fiestas estrepitosas, quien le comunica acerca de los nuevos propósitos para la "gente pequeña", a quienes considera en su mayoría haraganes a los que no les gusta trabajar y que por ello, escogieron ésta vida sencilla y a la que se puede acceder a diversos placeres con un bajo costo (por el tamaño de las cosas: joyas, comida, hogares...). Dusan le dice a Paul que la gente sólo busca divertirse, y se tiene la ganancia moral de "estar ayudando al planeta", pues siendo un humano pequeño, los recursos y desechos son menores, ayudando así a la crisis medioambiental que sufre el planeta actualmente.
He ahí donde viene la complicación emocional de ver ésta película: compartimos el contexto. Si bien nuestra ciencia no ha propuesto solución como ésta, digna de las novelas más descabelladas de ciencia ficción, el problema se comparte: La humanidad enfrenta una crisis de contaminación que pone en riesgo su supervivencia.
Pronto Paul conoce a una vietnamita que limpia la casa de Dusan después de las enormes fiestas de invitados europeos y estadounidenses. Cuando vi entrar en escena a Ngoc Lan Tran (interpretada por Hong Chau) junto con su grupo de mucamas, pensé: ¿quién se empequeñecería, siendo una vida de promesa soñada, para limpiar casas ajenas? Inmediatamente me hizo eco la participación de Matt Damon en ésta película. Ya habremos de recordar que en la película Elysium (2013) la temática es la misma: una humanidad que busca salvarse a sí misma, pero que sigue enfrentando los vicios y las crueles consecuencias de la división de clases.
Así, Ngoc Lan Tran, a quien le falta una pierna, tiene que arreglárselas para vivir su Pequeña Gran Vida rodeada de pobreza y sufrimiento en el ghetto, al que Paul la acompaña porque observarla cogear, y él siendo fisioterapeuta del trabajo, le produjo el impulso de desear ayudarla. Se acerca a ella, en casa de Dusan y la encuentra tomando medicamentos para su amiga enferma. Dusan le regalaba esos medicamentos, desprendiéndose sin dificultad de algo que le sobraba, mientras que Paul, al presenciar la escena de ella tomándolos, inmediatamente cree que los está robando. Es interesante que sin saber el contexto, se asume que la mucama o señora de la limpieza es pobre y que esa forma (el hurto) es la única manera en que puede acceder a los medicamentos. En el caso de Lan eran un regalo. No obstante los tomaba y los metía en sus bolsillos con un gesto de ignorante desesperación.
Lan le pregunta a Paul por los medicamentos: "¿para qué sirven?", y Paul, conociendo cosas básicas sobre los mismos, le responde, produciendo en ella la demanda de ser ayudada en su labor humanitaria, con su propia gente. Proyecto práctico, no dicho ni reconocido, pero al cual dedicaba horas y esfuerzo al volver al ghetto después de cada día de trabajo. Paul la acompaña, con la pretensión de ayudarle con la prótesis de su pierna, pero queda boquiabierto al conocer la manera en que vive la clase social de Lan, una vietnamita que estuvo en prisión por manifestarse tratando de defender a su aldea de la desaparición, pues instalaron en ella una presa para producir energía.
A partir de entonces, Paul se ve envuelto en ésta causa, nueva para él, cotidiana para Lan y pronto irán de viaje juntos a otra aldea de pequeñas grandes vidas, junto con Dusan. En el barco (miniatura) donde transportan botellas tamaño real de vodka entre otras cosas con las que se lucra magnánimamente, conocen al Dr. Jorgen Asbjornsen (Rolf Lassgard) y a su esposa Anne-Helene (Ingjerd Egeberg), quienes pronto y tristemente les hablan sobre la quinta extinción masiva que enfrentaría el Planeta Tierra, que será el fin de la especie humana... "y Dios sabe de cuántas especies más." En cubierta, podemos ver a los 3 (Lan, Jorgen y Anne), charlando, tomando café frente a una mesa, con un gesto de tranquila melancolía y desesperanza:
Anne: —Estamos viendo el mundo pasar.
Paul, se sienta con ellos y responde, inadvertido del clima de la conversación:
—Suena bien.
Dr. Jorgen: —No sabe cómo nos entristeció el caso de la señorita Tran.
Anne: — Jorgen ha pasado muchas noches en vela por los abusos.
El Dr. Jorgen... observa las montañas a su alrededor, con un gesto de desconsuelo... Paul, aún sin entender, se pone a observar también, esperando conectar con lo que ve el Dr. Jorgen.
Dr. J.: —Te llena de humildad. La naturaleza es una escultora paciente. Talla un poquito todos los días, lentamente durante miles de años, para crear algo tan increíblemente hermoso. Qué desperdicio. Qué desperdicio tan terrible.
Se levanta, alterado por la tristeza, y se retira de cubierta...
A: —Disculpen a Jorgen. Estos últimos días han sido especialmente duros. Es una decisión tan grande y tan rápida. Normalmente, cuando visitamos la colonia, nos gusta pasar unos días en Henningvær, pero entonces nos llegó la noticia. Y bueno, aquí estamos. Apenas tuvimos tiempo de empacar.
P.: —Perdón. ¿Qué noticia?
A: —El gas metano que se liberó en la Antártida. Deben saber del metano.
P: —Sí. Eso no es nuevo, ¿o sí? Digo...
A: —Nuevo o viejo, es el fin.
Paul mira a Anne, perplejo.
A: —Es el fin de todo.
Más tarde, el Dr. Jorgen les explica:
—El mundo ya ha presenciado cinco grandes extinciones. Y, ahora, habrá otra más. Yo no quería creerlo. Ninguno de nosotros quería, pero nos reunimos en Helsinki, grandes y pequeños. Climatólogos, bacteriólogos, demógrafos, físicos, inmunólogos. Veintiséis ganadores del Premio Nobel. Construimos todos los modelos, hicimos todos los cálculos, y la conclusión fue congruente. El Homo sapiens pronto desaparecerá de la Tierra. Es una certeza actuarial. No importa cómo llegue el final, por un desastre ambiental, una enfermedad pandémica, aire irrespirable, agua no potable, escasez de comida, invierno nuclear, alguna combinación de estas cosas. Relativamente pronto, la Tierra se purgará de toda vida humana y Dios sabe de cuántas especies más.
Paul, incrédulo de ojos abiertos, pregunta:
—¿En serio habla de extinción? ¿Y la reducción, qué?
Dr. J.: —Para eso es demasiado tarde. Solo el tres por ciento del mundo se ha miniaturizado. No alcanza el tiempo, es así de simple —ríe, a punto de tomar de su vino—. No es una especie muy exitosa, la del Homo sapiens, aun con tanta inteligencia. Apenas 200 000 años. El caimán ha sobrevivido 200 millones de años con un cerebro chiquitito.
Paul reflexiona con Lan sobre tanta gente que ha predicho el fin del mundo antes y cómo ahora, "de verdad va a ocurrir." Qué triste panorama nos recuerda Pequeña Gran Vida, y nuestra vida cotidiana continúa, continúa. Estamos atrapados en el bucle de nuestra propia historia, tan profundamente arraigados, que cuesta pensar en la salida, ¿cómo? ¿cómo reinventarnos como humanidad?
En Pequeña Gran Vida la humanidad de la primera colonia de gente pequeña, tiene un plan de supervivencia que exige la renuncia al mundo que conocen. Para todos, las consecuencias de las elecciones que hemos tomado como especie, se abalanzan sobre nosotros y sólo queda la pregunta: ¿cuál será mi destino? ¿cuál es mi propósito ante este panorama?
Ngoc Lan, superviviente, está segura de sí, de sus decisiones vitales:
—Cuando la muerte está cerca, ves con más atención.
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