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¿Qué hace a Rogue One una película tan buena?

Actualizado: 6 jun



[…] El joven Alejandro conquistó la India.

¿Él solo?

César venció a los galos;

¿no lo acompañaba siquiera un cocinero?

Felipe de España lloró cuando se hundió su flota,

¿Nadie más lloraría?

Federico Segundo venció en la Guerra de los Siete Años,

¿Quién más venció? […]


Bertolt Brecht, Preguntas de un obrero que lee (fragmento)


Rogue One: Una historia de Star Wars, dentro de la cronología de la popular saga espacial, se sitúa entre los acontecimientos del episodio III (La venganza de los Sith) y el episodio IV (una nueva esperanza), es decir, se encuentra ubicada entre la última película que forma parte de la trilogía moderna y la primera de la trilogía original respectivamente. Este dato es importante destacar, porque cuando el mundo conoció el universo creado por George Lucas, fue precisamente con el episodio IV, en donde se nos muestra cómo la princesa Leia recibe en sus manos los planos de la temida máquina del imperio encargada de destruir mundos, cuyo nombre de Estrella de la Muerte, queda como anillo al dedo. Un acontecimiento importantísimo para la trama, pues permite a los rebeldes espaciales continuar con sus planes de emancipación, dichos planos son la ayuda perfecta para hallar el punto débil de la poderosa máquina.


Si bien es cierto que el guion está estructurado de una manera en que la fluidez permite simplemente ubicar que la resistencia recibe este material y dar continuidad a la historia, el gran mérito de Rogue One es precisamente profundizar en la incógnita o, lo que algunos llamarían laguna argumentativa, buscando respuestas en cómo es que se llegó al hecho de que la princesa Leia recibió en sus manos los planos para llevar a cabo la rebelión. Y lo destaco de esta manera, porque la primera vez que vi Rogue One pude relacionar el argumento principal, que le da sentido y razón de ser a esta obra, con la formación militante.


Siempre digo que aquella persona de izquierdas que no ha visto Star Wars, tiene trunca la formación política, y en este texto pretendo abordar esta obra de ficción desde mi campo de estudio para esclarecer a lo que me refiero.

El historiador francés Georges Lefebvre propuso, dentro del campo de la Historia, concretamente dentro de la Historia social, una corriente de estudio e interpretación histórica, conocida como “Historia desde abajo”, en la que se dio un giro de tuerca a la convencional manera de hacer historia, y que conocemos como Historia oficial. Es decir, se revierten los sujetos de la historia que en la historiografía tradicional suelen ser los principales lideres políticos, militares y/o religiosos, para darle protagonismo a aquellos despreciados por estas perspectivas de estudio, personajes de la vida cotidiana que suelen ser quienes en su día a día dan forma a los hechos históricos pero que regularmente pierden el foco de atención, como lo son los obreros, campesinos, mujeres, niños, indígenas, entre otros. Esta nueva perspectiva permitió narrar los grandes acontecimientos desde la visión de los de abajo, de los subalternos y así poder ampliar el panorama de análisis y, por lo tanto, enriquecer la narrativa.


Esta perspectiva histórica fue retomada y desarrollada principalmente por historiadores británicos de tradición marxista durante los años sesenta, como los pertenecientes al Grupo de Historiadores del Partido Comunista, entre los que se encontraban, por ejemplo, Eric Hobsbawm, Christopher Hill y E. P. Thompson.


E. P. Thompson durante una manifestación

En este sentido, la perspectiva de la Historia desde abajo tiene dos grandes contribuciones, que asimismo se encausan en la corriente materialista de la historia, la primera, sin lugar a dudas, es el generar un sentimiento de identidad con los sujetos históricos de los que se escribe y por lo tanto generar un interés genuino por los acontecimientos que decantaron en un presente tangible, pero además un entendimiento del sujeto de la historia como una consecuencia de su tiempo y sus condiciones materiales pero paralelamente con un poder transformador, lo que significa que no es pasivo a los procesos históricos sino que puede intervenir en el devenir, como puede ser derrocar a un gobierno tirano impuesto por Estados Unidos en el sur global, o un imperio espacial liderado por un aprendiz de Sith.


Todo esto, aunque no necesariamente de manera consciente, se vio materializado en el guion de Rogue One, pues si bien el hecho histórico es que gracias a que Leia recibió los planos de la Estrella de la Muerte, pudieron destruir el arma imperial, y, por lo tanto, lograr una victoria para la resistencia, el obrero del poema de Brecht sentenciaría: La princesa Leia obtuvo los planos de la Estrella de la Muerte, ¿ella solita?


Es entonces que Rogue One toma fuerza porque se le da protagonismo a un grupo entrañable de guerrilleros espaciales que, con sus propios conflictos personales y sus muy particulares opiniones políticas, van dando forma al gran acontecimiento retratado en el episodio IV de la saga, dotando de humanidad a aquellos que arriesgaron la vida por los ideales de libertad, porque como dice una de las frases más icónicas de la película: las rebeliones empiezan con esperanza.


Creo que, por esta razón, es que la película ha sobresalido incluso más allá de la fanaticada de la saga y se ha convertido en un archivo que explica perfectamente los tiempos en los que vivimos y conecta tanto con nuestra generación, en un mundo donde el imperialismo no descansa, las resistencias desde el sur global no pueden darse el lujo de descansar tampoco, y, conectando la ficción con la realidad, Gramsci decía: Instrúyanse, porque necesitamos toda nuestra inteligencia. Conmuévanse, porque necesitamos todo nuestro entusiasmo. Organícense, porque necesitamos de toda nuestra fuerza.


Y al final, ver Star Wars es la introducción perfecta para una formación política militante, mientras tanto, que la fuerza nos acompañe.



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Yuri Vega
Yuri Vega
Jun 07
Rated 4 out of 5 stars.

Tienes toda la razón, recuerda que George Lucas es sociólogo antes que cineasta. Casi estoy seguro de que los guionistas hacen una apología de los movimientos de resistencia de toda la historia, desde la resistencia francesa, el IRA y los guerrilleros de Rogue One, lo que te permite ver qué respetan esa etnografía sideral que es todo el universo SW. Es una mezcla de 'Misfits' luchando más allá de un ideal; luchan por su lealtad a sí mismos y a sus convicciones. Tienes que ver 'Andor', que también es una de las series más interesantes de la etapa Disney de Star Wars. La historia desde abajo me parece básica en la formación de conciencias, pero también en la identidad histórica…

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